Extractos de Macarradas y Baladas
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VII La niña se pasea Con su minifalda en verano nalgas y aire, para que beba el viento. ¿Es una fresca?
La piba viene sin nada debajo se intuyen suaves los senos turgentes, la blusa entreabierta...
La femme fatale ya viene temprano, camina ligera en sonrisas húmedas, contonea las caderas.
La nena se viste sexy, y en vano. Me desviste y se quita, me quito y se pone ¿Es deshonesta?
No. Es una mujer como se debe ser.
VIII
Tributo a Neruda
Me encantas si te miro y vas a correrte y te ato las manos, y las mías te tocan. Ahora que los ojos te tengo vendados y que una mordaza te sella la boca.
Me excita el sonido de tus gritos ahogados me pierdo en tu lengua, en tus labios de grana. Tus muslos suaves que fueron rosados de fuego se tornan si estás en mi cama.
Me gusta si gimes, y estás tan caliente que tus ojos miran de placer hacia el cielo. Mi fusta tu carne ruboriza y adormece y gritas "¡más!", como perra en celo.
Déjame que goce tu cuerpo desnudo bello como la rosa, y ardiente como el fuego. Me miro y me miras, y sudas y sudo Cuerpos que gozan a un mismo tiempo.
Me gusta tu aliento, tu olor y tu entrega, devoras mi boca, me coges del pelo. Leo en tus ojos un cénit, y tiemblas y pierdo el sentido si te robo un beso.
III
No es para mí una cita perfecta,
perfectas, las cosas pierden su encanto. Encanto en los ojos, cuando los miro. Miro y me miran, ojos de fuego.
Fuego que quema, fuego en el alma fuego que siento y me rompe por dentro. Dentro en mi cama, guardo un secreto secreto efímero, pero candente...
Candente la noche, como de cuento. Cuento las horas para el encuentro. Encuentro esta cita una mera excusa, excusas que huelgan, que no hacen falta.
Falta licor y sobran las ganas ganas que leo y que cuelgo en tus labios labios que sellan a fuego mi cuerpo cuerpo que vibra al compás del deseo.
Deseo desnudarte, sin más excusas.
Y excúsame, si tiro la copa, copas y ganas, que vienen al pelo pelo que siento de punta en la nuca
porque te miro, y me miras, te miro y me vuelo.